lunes, 21 de diciembre de 2009

Carta a Mariana Gómez del Campo PAN DF

Estimada Diputada

Espero se encuentre bien y en compañía de su familia.

Sin más preámbulo le hago una pregunta expresa: ¿En qué le afecta a usted que dos personas del mismo sexo se unan en matrimonio? ¿En qué cree usted que que descomponga a la sociedad dos personas unidas en un contrato social? ¿Cuáles son las consecuencias de la aprobación de las bodas entre personas del mismo sexo? ¿Habrá guerras? ¿Disturbios violentos? ¿Amenazas y muertes?

Si es así señora diputada no se preocupe, que eso, con el Sr. Calderón ya los tenemos. Si es así entonces creo que debemos encerrar a tales objetos de discordia y violencia como lo son los homosexuales en campos de concentración e irlos eliminando al estilo nazi. Y esto no lo digo yo, sino usted señora.

Y no diga que sus intencione no son éstas: es claro que para usted sería mejor matar y desterrar a estas personas antes de admitir que tiene derechos, así como tienen obligaciones. ¿O es que a caso estas personas no pagan impuestos? ¿Estas personas no dan su salario para pagar el suyo? ¿Se ha puesto a pensar cuántos homosexuales aportan dinero para sus prestaciones? ¿El dinero para su comida y la de sus hijos? ¿La educación de sus los mismos? Señora diputada ¿representa usted a sólo unos cuantos o todo el DF?

Y es que sus fundamentos sin orden jurídico sólo llevan a una sóla conclusión: Que el reino de Dios se está viendo amenazado por políticas perresdistas. Sí señora usted conoce muy bien esta frase y es la acuñada por ultraderechistas de su partido con la firme convicción de establecer leyes conforme a fundamentalismos católicos.

Así que señora diputada, su hipócrita postura de defender a los capitalinos no tiene otra más que usted y su partido llevan una cruz pegada al pecho y su fe les dice que las leyes que deben regir México son aquellas que son moralmente buenas para ustedes. Sin embargo recordemos que su partido ya no tiene ninguna credibilidad y está demostrado en las elecciones intermedias pasadas. Así que les crea el diablo.

Usted como representante popular no está obligada a cumplir con sus preceptos morales, con el episcopado mexicano o con unos cuantos panistas, sino con una sociedad entera, con millones de capitalinos, entre los cuales los homosexuales forman una porción.

1 comentario:

  1. Listo. De eso nada. La Cultura (conjunto de principios, valores y conocimientos que una sociedad trasmite y valora de generación en generación –y que se refieren fundamentalmente al pasado-) pertenece a toda la sociedad y es Patrimonio de toda la Humanidad.

    Y en una Democracia debiera pertenecer y ser patrimonio de (toda) la mayoría de la sociedad. No de ningún grupo político que, ocasional o coyunturalmente, gobierne... (¡y aproveche su capacidad de elaborar e imponer Leyes para metérsela por la sordina al resto de la sociedad!; además de que el tema que nos ocupa y preocupa ni es ni era ninguna prioridad social).

    No obstante, de la misma manera que para esta nueva realidad sexual se han imaginado, inventado y establecido nuevos conceptos jurídicos... de la misma manera deberían haberse imaginado, inventado y establecido nuevos conceptos culturales.

    El Matrimonio y la Familia (para mí y, creo, para la inmensa mayoría de los ciudadanos -tradicional, social y culturalmente, ¡y desde hace muchísimos siglos!-) siempre ha sido la unión, reproducción y descendencia consanguínea a partir de una pareja heterosexual (mujer + hombre)... ¡que es lo natural!

    Y estamos contentos que así sea. Es más, no sólo que así sea, sino que incluso, deseamos, pedimos y solicitamos que siga siéndolo... (sin otros añadidos ni complementos ni aditamentos 'especiales')

    ¿Porqué nuevos conceptos jurídicos (para reconocer una nueva realidad sexual de pareja) y no nuevos conceptos culturales?... (llegando incluso a modificar -¡y hasta cambiar!- términos, vocablos y expresiones académicas clásicas –es decir, de toda la vida, de siempre-. ¿Para qué? ¿para que tengan cabida???)

    En cualquier caso, recordar que tanto el homosexualismo como el lesbianismo (orientaciones ‘sexuales’) no son nada naturales. Al contrario, diría más: anti-naturales. ¿En qué me baso? Muy fácil. Con dos homos o dos lesbis, JAMÁS SE HUBIERA DESARROLLADO EL SER HUMANO COMO ESPECIE. Ninguna posibilidad. Así que, de natural, nada de nada.

    Pdta.: ¿Adopción por parejas gays?... ¡sí, claro, naturalmente y por supuesto! Hay cientos de millones de niños abandonados, sin hogar, con edades comprendidas entre catorce y dieciséis años (o alguno menos). Eso sí, siempre bajo consentimiento del niño, por supuesto.

    : )

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